lunes, 15 de mayo de 2017

El suicidio en el budismo

Dado que el Budismo considera que morir, lo que se dice morir para siempre, es un privilegio sólo reservado a los que alcanzan la calidad de Buda, suicidarse no es desaparecer definitivamente sino sólo cambiar de estado.
    La rueda de la vida no se interrumpe, ya que las formas vivientes son múltiples. La consciencia transmigra girando en una rueda sinfín hasta que la voluntad humana puede, por fin, hacerla cesar."El Budismo no ve la muerte como el fin de la vida, sino simplemente como una transición; el suicidio no es, por lo tanto, un escape de nada." 
    De ahí que en los primeros tiempos de la historia del budismo, hace unos 2500 años, el suicidio fuera visto como una "acción inapropiada"  en el caso que fuera hecha con el fin de huir de los problemas de esta vida.


      "En resumen, el Budismo se da cuenta de que la muerte no es el fin de nada, sino una transición. El Budismo ha reconocido desde hace mucho tiempo los derechos de las personas a determinar cuándo deberían pasar de esta existencia a la siguiente. La consideración importante aquí no es si el cuerpo vive o muere, sino si la mente puede permanecer en paz y armonía consigo mismo." 
      Lo que nos interesa contrastar es que, contra el pensamiento habitual, no todas las religiones de alcance mundial prohíben o condenan expresamente el suicidio. Todas, que sepamos, incluyen fuertes limitaciones para realizarlo; pero esto es otro aspecto radicalmente diferente de la cuestión. Lo que discutimos no es su reglamentación, o limitaciones, sino la esencia mismo del acto. La posibilidad de realizarlo (o de ayudar a otro) en ciertas condiciones específicas. Algo que nuestra legislación está muy lejos de recoger.

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